LO IMPORTANTE NO ES LO QUE NOS PASA, SINO LO QUE HACEMOS CON LO QUE NOS PASA!!: abril 2008

Siempre que llueve pienso en Álex. De hecho, pienso mucho en él, pero cuando llueve, más. Recuerdo el día en que me lo encontré. Yo había quedado con una amiga en un bar y llovía muchísimo. Ella me llamó para decirme que no venía. Yo tenía que ir acasa para hacer algo. Ahora no recuerdo él que pero en ese momento era muy importante. Así que intenté caminar bajo la lluvia sin paraguas, pero me tuve que volver al bar porque era imposible. Entonces me encontré con Álex. Lo conocía de vista porque era amigo de una amiga mía. Nos saludamos le conté que estaba histérica porque llovía demasiado y tenía prisa. Él me dijo que se había traído el coche y que podía acompañarme dondé quisiera. Acepté y en el trayecto me di cuenta que me gustaba. De hecho, hacía tiempo que le decía a mi amiga que estaba muy bueno, pero cuando hablé con él descubrí que además me encantaba como era.

No quise darle más vueltas para no hacerme ilusiones. Al cabo de tres días volvió a llover a cántaros: <<>>. Yo me puse a reír y le dije que no, que no tenía nada que hacer. <>, contestó, <>.

M e cambié rápidamente, no sabía qué ponerme, no sabía que decir, no sabía como actuar,...pero sólo sabía que tenía muchas ganas de verle. Seguía lloviendo muchísimo y me propuso que fuéramos a un bar que él conocía. Había muy poca gente y hacíamos bromas con que había cerrado aquel bar para nosotros. Cuánto más lo conocía, más me gustaba. Tenía la sensación de que estaba cayendo por un precipicio, qué nadie podía detener aquello y en él fondo tenía mucho miedo a que volvieran hacerme daño. Pero cuando lo miraba, se me pasaba la tontería. Y sólo quería que aquella tarde no se acabará nunca. Y de hecho, duró mucho. Estuvimos horas y horas y cuando miramos el reloj, eran las tres de la madrugada. Me llevó a casa y en su coche me besó. A veces me parece oír el sonido de la lluvia repicando contra los cristales y entonces siento toda la intensidadde áquel primer beso. Aquella noche no podía dormir. La lluvia era como una orquesta que le ponía música a todos mis pensamientos.

Me enamoré

Creo que aquella noche supe que estaba enamorada. Hasta una semana despúes no oí salir de sus labios las mismas palabras que yo pensaba. Y a partir de ahí, sólo recuerdo felicidad. También llovía el día en que nos fuímos a vivir juntos. Él me cogió en brazos para atravesar el portal de la casa, como fuéramos unos recién casados. Estar a su lado era vivir una continúa sorpresa. No había nada que no me gustara de estar con él. A su lado, me veía capaz de superar cualquier reto. Me daba las fuerzas que necesitaba para seguir cada día adelante. Si, por ejemplo, un día tenía bronca en el trabajo, el mal humor se me pasaba cuando sabía que a la vuelta me lo encontraría.

Pensaba que era afortunada, porque la mayoría de la gente no vive el amor como el que yo tuve la suerte de encontrar.

Y cada vez que llovía me decía que teníamos que besarnos y salíamos al balcón y nos mojábamos mientras notaba sus dulces labios acaraciando los míos. En cambio, el día que lo perdí hacia sol. Salía de la playa con unos amigos. Cogieron el coche tuvieron un accidente. No pude ni siquiera despedirme de él, porque murió en el acto. Yo no me lo podía creer, me volví loca y pensé que odiaba la vida y odiaba el sol y la lluvia y sólo quería salir al balcón a besarle.

Durante mucho tiempo cuando llovía, me deprimía mucho. Pensaba en él y su recuerdo me hacía daño porque yo no quería recordarlo, quería tenerlo.

Ahora, cuando llueve, como hoy, pienso en sus besos, pienso en aquel primer día, pienso en todo lo que he vivido y creo que he tenido suerte. No muchas personas se cruzan con un ángel en su vida y pueden vivir a su lado una historia de amor tan bonita como la que yo tuve la suerte de sentir.